Inocencio III






Inocencio III

Durante su pontificado, el papa Inocencio III (1198-1216) desarrolló una actividad inusitada que le convirtió en uno de los más competentes de la edad media. Uno de sus últimos logros fue la convocatoria del IV Concilio de Letrán (1215). En la imagen aparece tal y como fue representado en un fresco del monasterio benedictino del Santo Speco (Italia).

Inocencio III (c. 1160-1216), papa (1198-1216) considerado como el más efectivo y competente de la edad media.
Lotario de Conti di Segni nació en el castillo de Gravignano en el seno de una antigua familia de la nobleza italiana bien relacionada con el poder. Estudió teología en la Universidad de París y derecho canónico en la Universidad de Bolonia, con lo que recibió la mejor educación posible de la época. A los 37 años, cuando aún no había ejercido como sacerdote, fue elegido Papa por unanimidad por el colegio de cardenales el día de la muerte de su predecesor Celestino III (1198). Su pontificado cumplió con las expectativas que sus electores habían depositado en él.
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OBJETIVOS Y LOGROS
Es difícil encontrar algún aspecto de la vida pública en el que la influencia de Inocencio III no dejara huella. Fiel al espíritu de su misión, predicó en público y trató de mantener la modestia dentro del estilo de vida de la curia romana. A pesar de ser consciente de su autoridad como pontífice (le gustaba en particular el título de vicario de Cristo), intentó fortalecer el episcopado restringiendo los casos que pudieran apelar a Roma. Su diplomacia hizo realidad el gobierno papal sobre los territorios alrededor de Roma, por lo que se le considera el verdadero fundador de los Estados Pontificios.
A la muerte del emperador Enrique VI en 1197, Inocencio aprovechó la oportunidad para imponer el derecho papal de examinar a los pretendientes al trono y de arbitrar entre los rivales, partiendo del principio de la supremacía papal sobre el emperador. Mostró una notable prudencia y paciencia al tratar con el obstinado Felipe II de Francia, quien se negó de un modo persistente y escandaloso a aceptar a Isambur, su legítima esposa que había sido repudiada. En la controversia con el rey Juan de Inglaterra sobre el nombramiento de Stephen Langton como arzobispo de Canterbury, Inocencio obtuvo una clara victoria para la independencia de la Iglesia y, al mismo tiempo, recibió del rey todo el reino como feudo.
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CRUZADAS
Las empresas más controvertidas de Inocencio fueron las dos cruzadas que declaró; al sur de Francia en el condado de Toulouse, los albigenses no sólo sostenían doctrinas heréticas sino que sus prácticas amenazaban las instituciones sociales tradicionales. Tras la derrota de los predicadores que había enviado, declaró en 1208 una cruzada contra ellos que causó un gran baño de sangre, pero no consiguió controlar la herejía durante su pontificado.
Preocupado por Tierra Santa, Inocencio III promovió la cuarta cruzada; sin embargo, en 1204, un grupo de cruzados se desvió a la ciudad bizantina de Constantinopla (hoy Estambul, Turquía) y la saquearon. Este trágico acontecimiento, aunque fue deplorado por el Papa, envenenó las relaciones entre las Iglesias griega y latina durante siglos, y permitió la creación de un reino latino en Constantinopla de corta vida y mal concebido.
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CUARTO CONCILIO DE LETRÁN
Cercano ya el fin de sus días, en 1215, Inocencio III convocó en Roma el Cuarto Concilio de Letrán. Además de tratar de ciertos temas políticos y doctrinales, el Concilio decretó regulaciones a los derechos y deberes de casi todas las clases sociales. Entre los decretos más famosos destaca Omnis Utriusque Sexus, en el que se obliga a todos los adultos cristianos a recibir al menos una vez al año los sacramentos de la confesión y la eucaristía. Su celebración reunió en Roma a unos 400 obispos y 800 abades y superiores, además de muchos príncipes seculares y de sus representantes, la mayor reunión de estas características de toda la edad media. Apoyó a Santo Domingo de Guzmán (fundador de los dominicos) y a san Francisco de Asís (creador de los franciscanos y las clarisas) en esfuerzos por fundar sus nuevas órdenes. Este Concilio fue uno de logros más importantes de Inocencio. Murió de forma repentina durante un viaje al norte de Italia el 16 de julio de 1216, en Perugia. En el aspecto político, Inocencio coronó emperador a Otón V de Brunswick (1201), pero sus pretensiones sobre el reino de Silicia hicieron que fuera excomulgado y depuesto en favor de Federico II de Suabia (1220).


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